02 abril 2008

Cuestión de lógica

Ayer pensaba en mis viejas clases de lógica y recordaba el modus ponens:

Si P, entonces Q.
P.
Luego, Q.

Que en un ejemplo concreto podría ser:

Tener un hijo te cambia la vida.
Soy padre.
Luego, mi vida ha cambiado.

En esos días no le encontraba ningún sentido a ese silogismo, pero ahora me he dado cuenta que

Si duermo menos,
tengo menos tiempo y
tengo más preocupaciones y responsabilidades.

Pero río más seguido,
me emociono más seguido y
disfruto más las pequeñas cosas de la vida.

Luego, es totalmente lógico que hoy soy enteramente más feliz.

24 enero 2008

Vacaciones

Ayer pensaba en las vacaciones y me sorprendí de la lúgubre perversidad que encierran: pasamos días y días planeando, proyectando, soñando, deseando, esperando esos 15 días que finalmente se pasan, la mayoría de las veces, con más pena que gloria.

Es que entre el sol, el viento, la lluvia, los bolsillos, el maldito tráfico, los otros turistas y, fundamentalmente, el contraste entre la realidad y las desmedidas expectativas, uno vuelve con la inconfesable convicción de que se parecieron muy poco, por no decir nada, a las vacaciones que soñó.

Pero es que aunque sigamos encontrando las razones de esta situación en factores externos la verdadera respuesta se halla en la concepción misma de las vacaciones.

Es que las vacaciones son esos 15 días al año en el que dejamos de ser nosotros para vivir una ficción: primero nos trasladamos a otro lugar –hecho que facilita la transmutación- y luego pretendemos tomar sol, leer, comer frutas y salir a correr cuando en condiciones normales somos vampiros carnívoros que no ejercitamos otro músculo que el del zapping.

En definitiva, qué podemos esperar de 15 días de burdo y caricaturesco artificio donde nos despersonalizamos pretendiendo una vida que nos es completamente ajena en contraste con los otros 350 días el año? No lo sé, no tengo una respuesta. Pero prometo que no cejaré en mi intento de seguir yendo de vacaciones hasta encontrarla.

20 diciembre 2007

Contrato de mañana

Abro la puerta y me recibe una música suave en clave de bossa nova en un ambiente de semi-penumbra. Aparece ella con ropa ligera, me saluda con un beso y me dice esperáme unos minutos que termino de prepararme.

Cuando regresa ya no hay rodeos: acostáte y ponete cómodo, ya vemos que hacemos.... Mi cuerpo no termina de asimilar la forma de la nueva superficie que ya ella está encima mío, dominando la situación con su intrigantes ojos marrones mirándome con determinación.

Qué sentís, pregunta mientras me toca. Pasan los minutos y crece la intensidad, siento su respiración mientras mueve sus manos hábilmente, con el conocimiento que sólo da el haberlo hecho tantas veces. Pasados ya tres cuarto de hora no puedo evitar lanzar un gemido. Aguantá un poquito más que ya casi termino, me dice casi suplicando.

Todo ha concluido. No alcanzo a reponerme del todo y con una sonrisa me entrega un papel. Este es mi celular, me dice, llamáme por cualquier cosa, sino nos vemos la semana que viene.

Las estridencias de la calle me devuelven un poco de claridad. Me marcho lento en busca de las sombras que ofrecen los edificios, pensando cuando será el bendito día que termine con este sempiterno tratamiento odontológico.

18 diciembre 2007

Error de diseño (II)

Por más temprano que uno arranque, tarde o temprano –mas temprano que tarde, invariablemente- ella siempre va a aparecer para terminar con nuestros planes. Es que desde que empezaron a escasear las capas más protagonismo tomó ella con su inevitable y abrasadora presencia.

Quizás el título sea un exceso y no constituya exactamente otro craso error de diseño. Pero lo que si es indiscutible es que en los tiempos de vida que corren casi nadie le da el uso para el que fue prevista, por lo que el diseño ha quedado obsoleto, caduco, perimido, y exige un urgente aggiornamiento.

Quizás se pueda poner al principio. Aunque no estaría mal darle un lugarcito al final. Lo que si, tengo la plena convicción de que es un despropósito que esté al medio: la siesta hiere de muerte al día con su tórrido sopor y su insana vehemencia, y algo tenemos que hacer al respecto.

28 octubre 2007

Refutación

Ayer pensaba en que la teoría de la evolución de las especies, de Charles Robert Darwin, no supera la contrastación empírica.

Si las especies van acompañando los cambios externos mejorando así su adaptación al medio y, en definitiva, convirtiéndose en sujetos más aptos y desarrollados, cómo se explica que aún después de cientos de miles de años de existencia del hombre aún su descendencia llegue a este mundo sin los rudimentos básicos como poder dormirse cuando tiene sueño?

Pero por si se considerara que una sola evidencia empírica no fuera suficiente para establecer la refutación, a continuación precisaré este hecho y desarrollaré algunos más:


• Los cachorros humanos sólo duermen cuando sus padres no pueden hacerlo y no logran conciliar el sueño cuando éstos lograron llegar, reptando, a su cubil;
• no se comunican mediante el código propio de la especie sino que lo hacen en uno mucho más primitivo y, por cierto, insoportable;
• atentan contra la preservación de la especie debido a que, mediante variables incluidas en los puntos anteriores, vedan sistemáticamente la búsqueda de descendencia;
• quebrantan el principio de autoprotección, buscando ingerir alimentos y llevar a cabo actividades impropios de la especie.

Podríamos seguir enumerando evidencias, pero creemos que estas son suficientes para establecer firmemente la hipótesis de que el bueno de Charles no debe haber tenido hijos. En primer lugar porque de haberlos tenido no hubiera podido pasar tanto tiempo en la tranquilidad de la naturaleza observando a sus pinzones. Y en segundo lugar, porque si en vez de estudiar a estos afables pajaritos hubiera analizado el comportamiento de sus hijos, seguramente no hubiera perdido el tiempo en desarrollar una teoría a todas vistas falaz.

27 octubre 2007

Error de diseño

El error de diseño es evidente.

Es el tiempo de formar una familia porque así lo dicen los ritmos lógicos de la biología, y también es el tiempo de estudiar una carrera e iniciar y consolidar una trayectoria profesional que nos depare un porvenir venturoso con esa familia.

Pero también es el tiempo de conocer y experimentar. Conocer lugares, personas, costumbres, y experimentar sensaciones, emociones y pasiones que después raramente tengamos la oportunidad de volver a vivir.

Se suele decir que hay un momento para cada cosa en esta vida. Pero para mí esto es puro autoconvencimiento de espíritus conformistas. Es que acaso no se percatan de tamaño error de diseño?

Que la década que transcurre entre los 20 y los 30 años de edad debería durar por lo menos 20 años es una evidencia incuestionable, sólo que preferimos mirar para otro lado y seguir viviendo como siempre.

08 octubre 2007

Desvarío racionalista

1) El se va al baño y yo le aviso que acaba de mear hace media hora para que no vaya al pedo.
2) Le digo fuiste al baño hace media hora y el me dice qué te metés en mi vida, guardabosque (él lo lee en otro plano y contexto-dimensión).

Acá mi mundo se convierte en dos, según como se dé la relación y los estados entre yo y los demás; serán amigables u hostiles según en el plano de realidad (la relación entre los planos) en que lo piense o vivencie: como 1) o como 2).

Aclaración:
• Lo que se pone en juego es la interpretación de mi pregunta. Osea, mi pregunta o mi afirmación es siempre la misma, lo que varía es como el otro la lee, la escucha.
• Primitivización --> formas primitivas de posición y de hábitos alimenticios.
• Escisión: --> dos planos comunicacionales
--> mente cuerpo: mi cuerpo se mueve lento, pero mi cabeza lee la efectivización de su orden electro-homeostática en el cuerpo como que está a mil.

Respuesta:
• En un mundo hago la lectura de las dos posibles lecturas de mi discurso.
• En el otro, en la cotidianeidad, hago una sola lectura: la mía (lo que yo quiero decir), que no siempre coincide con la otra (la que la otra persona quiere o puede hacer, o la que directamente hace)

05 octubre 2007

Primer amor

Ayer pensaba –a raíz de una noticia- que los recuerdos no deben dejar de serlo.

Por algo están en el pasado. Para que se parezcan más a lo que queremos que haya sido. Para que lo cotidiano pueda transformarse en extraordinario. Para que acontecimientos más o menos triviales puedan convertirse en gestas heroicas. Para que lo deslucido pueda revestirse de una luminosidad mágica.

La primera novia, incluso esa que ni siquiera se percataba del dolor que nos causaba con su indiferencia, está allí para impulsarnos a la insensatez de creer que existe la perfección y la felicidad absoluta.

Desventurados aquellos que se dejan seducir por esta quimera y deciden sacar a los recuerdos del inmaculado arcón que los cobija.

Intuyo que transitaremos esta vida anhelando su encuentro, pero, a la vez, suplicando que ese encuentro nunca se produzca.

04 octubre 2007

Las vueltas de la vida

Ayer pensaba en las vueltas de la vida. Se ve que la vida es un círculo con ciclos más o menos predefinidos nomás...

El sábado "lo llevé" a pescar a mi viejo. Le preparé unos sanguchitos, le serví café, le di la mejor caña, le cambié de caña cada vez que se le armó una galleta. En fin, hice todo lo que hace 25 años el hacía por mi.

La pucha, como pasa el tiempo. Pero que lindas que son estas vueltas de la vida.

Me voy a jugar con mi hijo, con la esperanza de abonar las próximas vueltas.

27 septiembre 2007

El mito del tamaño

Los hay cortos como cuando ese gol no llega y los hay largos como cuando quien no llega es ella.
Los hay gruesos como cuando él te sonríe y los hay finitos como cuando caminamos sin mirarnos. Los hay divertidos como cuando compartís el vino y los hay aburridos como cuando ni estar con uno mismo alcanza.

Lo importante, dicen, no es el tamaño sino como uno lo usa.

Es que los minutos son así, parecen muchos, pero cuando uno se da cuenta ya es tiempo de descuento.