Los hay cortos como cuando ese gol no llega y los hay largos como cuando quien no llega es ella.
Los hay gruesos como cuando él te sonríe y los hay finitos como cuando caminamos sin mirarnos. Los hay divertidos como cuando compartís el vino y los hay aburridos como cuando ni estar con uno mismo alcanza.
Lo importante, dicen, no es el tamaño sino como uno lo usa.
Es que los minutos son así, parecen muchos, pero cuando uno se da cuenta ya es tiempo de descuento.
27 septiembre 2007
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