Ayer pensaba, cuando era chico, que tenía la solución a todos los problemas de la humanidad: si no hay pobreza no hay desnutrición, analfabetismo, explotación; en contrapartida, hay salud, educación y, por ende, más felicidad. El tema entonces sería como terminar con la pobreza, lo que es muy fácil: hagamos muchos más billetes. Si total son baratos.
Ayer pensaba, muchos años después, que la inflación es un sinsentido muy simple de resolver ya que es un aumento en cadena. Graficando: si X aumenta un 5%, W aumenta un 5%, entonces Z aumenta también un 5%. Resultado: todo está un 5% más caro pero sigue manteniendo la misma relación, de modo que estaríamos en la misma situación de la que partimos pero un 5% más pobres. Conclusión: cuando alguien aumenta un precio se dispara un círculo vicioso a través del cual, a la corta o a la larga, va a volverse más pobre, por lo que la acción de aumentar un precio termina obteniendo un efecto diametralmente opuesto al que persiguió en su origen.
O sigo razonando como ayer, cuando era chico, o ayer, muchos años después, sigo sin entender absolutamente nada de economía. O ambas.
21 septiembre 2007
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